Todo Cambia

¡Si! Todo cambia. Las predicciones cambian, el clima cambia en un mismo día, el ánimo cambia, las personas cambian, todo cambia, todos estamos en movimiento, y por tanto lo que fue ayer, quizá hoy no será.

 Y todo cambia, porque todo debe cambiar, para el bien de cada uno, pero a muchos nos duele el que debamos cambiar. Y si a veces duele un poquito, o bueno, ¡mucho! Cuesta salir de algo donde pensábamos estábamos bien. Pero es porque tenemos que seguir buscando nuestro camino, porque hay algo más que debemos aprender o experimentar, pero no lo sabremos hasta que nos movamos.

Y duele que debamos cambiar aquel plan ideal que habíamos querido y tenido en nuestra cabeza desde hace mucho. Sin embargo, no conocemos realmente lo que queremos, porque no escuchamos a nuestro corazón, quizá solo seguimos la razón a través de nuestra mente, para evitar “sufrir”.

 Todos queremos algo, en el fondo del corazón, ¿pero porque lo escondemos? O es que quizá, ¿no lo entendemos de la manera apropiada?

Muchas veces buscamos el camino equivocado, por huir del dolor, por huir de algo que ya no queremos más, no nos damos cuenta de que hay algo mucho mejor esperando por nosotros para ser descubierto. Pero que nuestra testarudez, inmadurez, pero, sobre todo, nuestro miedo, nos ciega.

He estado cegada, luchando por llegar a un lugar donde quizá no era lo que realmente quería, pero era un camino que pensaba me llevaría a todas aquellas experiencias, que quizá este camino me ha estado brindando, pero del cual quería escapar.

 Muchas veces se trata de vivir cada experiencia al máximo, aprender la lección al máximo, así no hay que arrepentirse de lo que se dejó de hacer y que después, “ese algo”, que no sabemos qué, nos haga volver.

Estar abiertos a ver todo lo que cada lugar, persona, o experiencia nos brinda. Todo lo bello para admirar y llenarnos el alma, y todo lo menos bonito, para aprender, agradecer y dar el siguiente paso, pues algo definitivamente mejor, está por llegar.